Antes de elegir y comprar un nuevo sofá, hay que tener en cuenta varios criterios. Desde la estructura hasta la tapicería, pasando por la espuma de los cojines y los muelles, aquí tienes una pequeña lista de todo lo que debes comprobar a la hora de elegir un bonito sofá y una selección de los modelos de asiento más bonitos y cómodos.
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¿Cómo elegir el tamaño del sofá?
Primer criterio de elección: el tamaño. Sería una pena encontrarse con un sofá que no encaja en el rincón de tu salón… así que hazte las preguntas adecuadas:
- ¿De qué espacio dispone en su salón para su sofá? Toma tus medidas con cuidado y compáralas con el sofá de tus sueños en la tienda. En la tienda, los muebles tienden a parecer más pequeños de lo que realmente son cuando se exponen en el lugar adecuado.
- ¿Cuántas plazas quiere que tenga: dos, tres o seis?
- Por último, piensa en la forma: ¿quieres un sofá de esquina o uno recto?
- Consejo: no olvides comprobar que tu sofá cabe por la puerta de tu casa, y que puede girar en las escaleras o en el ascensor si piensas ponerlo arriba. Es una tontería, pero hemos visto sofás atascados en la planta baja sin esperanza de volver a sus dueños…
¿Qué tipo de sofá necesitas?
Segundo criterio de elección: el uso que harás de tu sofá. De nuevo, pregúntate por tu estilo de vida y tus deseos…
- ¿Necesitarás una cama extra? En este caso, piensa en coger un sofá que se pueda convertir, de una forma u otra, en una cama.
- ¿Tiene niños pequeños o mascotas? Piensa que los muebles se desgastan mucho más rápido en este caso, y procura elegir materiales resistentes, duraderos y antimanchas.
- Piensa también en el ahorro de espacio: algunos sofás tienen reposabrazos que pueden utilizarse para guardar reposapiés con ruedas. Los sofás esquineros también pueden tener un meridiano que se puede utilizar como arcón para guardar, por ejemplo, plaids, sábanas o almohadas.
¿Cómo combinar precio y calidad para su sofá?
Defina el presupuesto que está dispuesto a gastar en su sofá y póngalo en relación con la calidad y la durabilidad que necesita:
- Ten en cuenta que para algunos modelos muy bonitos, difícilmente podrás bajar de 1.500 euros, o incluso más; y ten en cuenta que una “buena oferta” no es necesariamente un buen negocio si el sofá, cinco años después, está bien para la acera.
- Los primeros precios de un sofá cama comienzan en 300 euros.
- Los sofás cama convertibles cuestan 1.400 euros para el nivel de entrada.
Por supuesto, el precio también dependerá del revestimiento:
- un sofá de tela cuesta entre 600 y 1.000 euros,
- Para el cuero, deberías contar con al menos 2.000 euros.
¿Qué revestimiento debe elegir para su sofá?
¿Sofá de piel, tela o sintético? Dilema. Cada revestimiento tiene sus ventajas e inconvenientes, y la elección se guía tanto por el aspecto estético como por la practicidad. En cuanto a la estética, cada uno tendrá sus propias preferencias; en cuanto a la practicidad, esto es lo que hay que saber.
- El algodón tiene la ventaja de ser barato. Además, no atrae el polvo. Por otro lado, es imprescindible ofrecerle un tratamiento antimanchas (Scotchgard o Teflon). A veces se puede mezclar con lana para darle un aspecto cálido.
- El cuero, bien tratado, sigue siendo lo que mejor envejece, adquiriendo una hermosa pátina. La calidad más bella: la plena flor. Se aplican diferentes acabados al cuero, según el grado de resistencia y el estilo deseado: anilina, pigmentado, estampado… Sus desventajas: su precio, y su fragilidad ante ciertos tipos de agresiones como las garras de nuestros amigos de cuatro patas. Por último, no olvides alimentarlo regularmente. Alternativa: la imitación de cuero que, gracias al progreso tecnológico, escapa al espíritu “barato”. También es más fácil de mantener.
- El terciopelo, muy suave y con su amplia gama de colores, se gana el corazón del público gracias a su espíritu noble y acogedor. Mención especial merece el emblemático sofá Togo.
- El nobuk y el ante, que son extremadamente resistentes ya que una mancha puede lijarse con papel de lija, son un poco menos caros que el terciopelo y muy populares por su aspecto vintage-chic.
- Por último, los tejidos sintéticos son los reyes del mercado en los últimos años. Se manchan con menos facilidad y son más resistentes, a veces son más suaves, con un tacto de “piel de melocotón” como la alcántara. Compruebe si la microfibra que ha elegido es lavable a máquina.
Sea cual sea el revestimiento, lo ideal es, por supuesto, el sofá desenfundable, que permite retirar el revestimiento para limpiarlo por separado, o incluso cambiarlo por completo si está demasiado desgastado o simplemente si se quiere variar la decoración.
¿Qué debe comprobar para asegurarse de que está comprando un sofá de calidad?
Antes de sacar la cartera, eche un vistazo a los siguientes puntos:
- Las estructuras más resistentes son de madera contrachapada o de haya. Los travesaños también deben ser de madera, no sólo grapados sino también encolados para mayor solidez.
- En cuanto a la suspensión, debes saber que los muelles, especialmente los llamados “no-sags”, son más elásticos que las correas. Si, por el contrario, optas por estas últimas (más económicas), prefiérelas muy largas (deben bajar lo máximo posible) y entrelazadas.
- En cuanto a los cojines, finalmente se recomienda la espuma de “alta resiliencia” (HR) como la más cómoda. Compruebe su densidad, que debe ser de unos 30 kg/m3. El bull-tex, que es ligero y resistente, también tiene sus partidarios. El plumón y el semiplumón son la elección de quienes gustan de hundirse en su sofá con una suavidad incomparable. Pero no piense que un asiento blando se degradará más rápidamente.
Pruebe el asiento de su futuro sofá
Ya está, estás en la tienda, por fin ves el modelo de tus sueños, estás satisfecho con sus especificaciones técnicas. Todavía queda un paso importante: probar el asiento. No hace falta decir que debes sentirte bien, pero no sólo eso:
- Las piernas deben descansar bien en el suelo (los sofás a veces tienen asientos tan anchos que, a menos que seas muy alto, resultan incómodos).
- El sofá debe “levantarte” suavemente y con firmeza hacia arriba: si te hundes demasiado sin sentir ningún retorno, es una mala señal. No te sientes en el centro, sino en el borde: debes hundirte y subir “recto”, de lo contrario es señal de que los muelles están mal ajustados… y corres el riesgo de desajustarte cada vez más.
- Por último, presta atención a los cojines: debes apoyarte en ellos de forma agradable, sin sentirlos demasiado duros, ni escuchar un “pschitt” que indique que el aire se está vaciando de forma anárquica. ¿Estás preparado? ¡Que duermas bien la siesta!
Ahora todo lo que tienes que hacer es sentarte frente a tu televisión o tu estufa de leña …